La apendicitis aguda es una enfermedad inflamatoria infecciosa del apéndice cecal, que, como su nombre lo indica, es un apéndice que tiene la parte inicial del intestino grueso, denominada ciego. Al ser una inflamación aguda, el dolor es de rápido inicio. Si uno siente molestias hace meses lo más probables es que no sea apendicitis.
No está claramente demostrado. Se cree que al ser una parte del intestino, el apéndice se tapa con materia fecal y se genera una inflamación producto del sobrecrecimiento de bacterias.
Si la inflamación persiste en el tiempo puede generar una infección y la progresión de la misma llevar a una perforación del apéndice.
Los síntomas son de inicio bastante inespecífico, el paciente siente naúseas, vómitos y se queja de molestias abdominales en distintos puntos, generalmente en la boca del estómago o en la parte alta del abdomen o “boca del estómago”, pero no las puede relatar en forma precisa.
Con el correr de las horas y el avance de la enfermedad el dolor se va localizando lentamente en la zona derecha baja del abdomen, llamada fosa ilíaca derecha. En ese momento comienza a ser más intenso, se mantienen las nauseas, los vómitos y se puede sumar fiebre. Allí es cuando el cuadro clínico es más claro y se puede sospechar la apendicitis.
Recomendaciones ante el dolor
Ante una apendicitis, el sentido común del paciente le hará notar que el dolor no va a pasar rápidamente, ya que los síntomas son distintos a los del típico malestar abdominal. El primer signo de atención es que luego de 12 horas no calma.
En estos casos es conveniente consultar a un doctor lo antes posible, debido a que si uno empieza a tomar algún analgésico para calmar el dolor el cuadro probablemente quede enmascarado y el diagnóstico resulte tardío.
Retrasar el diagnóstico es muy peligroso ya que la evolución de la apendicitis puede hacer que el apéndice se termine perforando, generando una peritonitis y un cuadro infeccioso más complicado para el paciente.
Población de riesgo
Jóvenes desde la edad pediátrica hasta los 20 años, y adultos a partir de los 70 años. En las personas mayores el cuadro es más complejo de diagnosticar ya que tienen menos dolor y los síntomas son menos específicos.
Diagnóstico
El diagnóstico inicialmente se lleva a cabo mediante la sospecha clínica, con el examen físico y la revisión del abdomen del paciente.
Es conveniente que el paciente sea revisado por un profesional que esté habituado a evaluar abdómenes. En el Hospital Alemán cuando la persona llega a la guardia y hay sospecha de apendicitis se pide una consulta con el cirujano para que lo evalúe.
Luego se solicitan estudios complementarios para que el diagnóstico sea más certero, como laboratorio y ecografía de abdomen. Si el cuadro es muy extraño se puede solicitar una tomografía de abdomen.
Tratamiento
El tratamiento habitualmente es quirúrgico. En el Hospital Alemán tenemos un diferencial, ya que en todos los casos la cirugía se hace por vía laparoscópica, es decir, a través de pequeños agujeros en los cuales se introduce una cámara de video en la cavidad abdominal y, si se confirma el diagnóstico de apendicitis, se lo extirpa.
Realizarlo por vía laparoscópica implica menor dolor posoperatorio y menores posibilidades de infecciones, ya que son heridas muy pequeñas. Gracias a esta técnica la recuperación también es mucho más rápida y se puede reiniciar la actividad física con mayor celeridad. La mayoría de los pacientes están sólo 24 horas internados.
Cuidados específicos
Los primeros diez días luego de la operación hay que cuidarse un poco con la dieta y la actividad física, pero luego la persona puede llevar una vida normal.
Fuente: www.hospitalaleman.org.ar